Publicidad y hologramas

Los hologramas son casi ciencia ficción. Los hemos visto en muchas partes, sobre todo en películas de carácter futurista en donde algunos elementos parecen salir de la pantalla o proyectarse en el vacío dando un efecto totalmente real. Y la verdad es que el efecto, si se sabe hacer bien, es muy impactante.

Los hologramas llegan a la publicidad

Y al mundo entero, porque hasta ahora eran pocas las oportunidades de crear hologramas. No existía la tecnología adecuada (y la poca que había era cara y rígida, sin muchas opciones y a mucha distancia de lo que habíamos visto en esas fantásticas pelis de los años 80). Algunas empresas ya han empezado a realizar anuncios y campañas publicitarias con esta técnica. Un ejemplo es Empreinte, una marca francesa de lencería que hizo que cada vez que la tienda cerraba y se apagaban las luces, una misteriosa mujer iluminada saliera de su escondite para pasearse por la tienda entre estrellas y animalitos. La gente que pasaba por allí, claro está, se quedaba totalmente sorprendida. ¡Y es que no hay para menos! Cuando uno se acostumbra a ver según qué cosas ya no pasa nada, pero cuando las ves por primera vez no puedes evitar sacar el móvil y hacer algunas fotografías.

Hasta teletransportación

Pero daremos un paso más allá: Microsoft ha empezado a desarrollar un sistema para realizar teletransportaciones holográficas. Este vídeo lo muestra, y realmente es increíble. Sí que es cierto que no es una teletransportación del todo real, pero el simple hecho de poder tener en el comedor de tu casa a una persona que está realmente a centenares de kilómetros ya es un gran hito. Sin duda esto será una gran revolución que podrá cambiar muchas cosas, y más cuando las investigaciones tecnológicas avancen y podamos tener hologramas con una mayor precisión.

Las posibilidades publicitarias son infinitas. Desde tener productos en tu casa para ver como quedarían hasta muestras y tutoriales sobre funcionamiento de productos. Por ejemplo, imaginad que un vendedor de muebles ofrece, con la compra, la posibilidad de ver un holograma que te vaya indicando como montar cada pieza. O mejor, poder probar cómo quedaría ese sillón o esa cama puesto en casa. Campañas enteras se podrían lanzar con esta técnica y estamos seguros que al aumentar la interacción del consumidor eso haría que despertara aún más su interés por el producto.

De momento los precios son muy caros y no sale muy a cuenta implementarlo (a no ser que se sea una empresa con mucho dinero y se quiera destacar ofreciendo algo diferente, como la tienda de lencería comentada en el primer párrafo) pero a medida que los costes de fabricación se vayan reduciendo y se amplíe la producción y la competencia, ya no habrá problemas y cada uno podrá mirar de usarla como mejor le convenga. Estamos seguros de que se harán cosas fantásticas con ello.