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¿Publicidad en los sueños?

Vivimos inmersos en el mundo publicitario. A menudo no nos percatamos de ello, pero nos encontramos con la publicidad en casi todas las acciones de nuestra vida y de nuestro día a día. Cuando vemos televisión o escuchamos la radio, cuando vemos a alguien por la calle con una camiseta con algún mensaje especial, cuando pasa el autobús y lleva imágenes en los laterales… en fin, es envolvente. ¿Pero hay algún rincón en donde no se pueda acceder? Sí, claro, y  un ejemplo muy claro de ello son nuestros sueños.

Nos pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo, lo que significa interminables horas de posibles sueños. Aunque muchas personas no se acuerden de lo que han soñado la noche anterior, sí que es verdad que hay algunos que marcan y que son recordados largamente. ¿Qué pasaría si la publicidad se pudiera colar en este terreno íntimo e inexplorado?

La publicidad en los sueños, ¿es posible?

En el portal de weloveadversiting se hacen eco de una pequeña prueba-piloto (o más bien prototipo de recreación) impulsada por la empresa Studios Smack. Es más bien una simulación y que evidentemente no es verdad, pero todo apunta que tarde o temprano los avances que se están haciendo en neuromarketing y todos los avances digitales acaben por hacer posible algo así.

De hecho, salvando las distancias, no es la primera vez que se intenta algo así: ya hace un par de décadas se intentó que se pudiera estudiar o retener unos textos a través de unos equipos de audio que pudieran ir retransmitiendo mientras se está dormido. La idea es que se pueda recordar algo sin ser consciente de ello. Por ejemplo, imaginemos que tenemos un examen: te vas a dormir y te conectas el aparato de audio. A la mañana siguiente podrías responder un montón de conceptos teóricos sin haber hecho el esfuerzo (aparentemente, ya que la mente funciona igualmente) de hincar los codos y leer.

Las nuevas tendencias en márqueting avanzan en este sentido: se sabe que un producto cala con más fuerza cuando consigue entrar más adentro en nuestra mente, y esto se consigue sobre todo con los estímulos emocionales. La publicidad que juega con los sentimientos es más recordada porque hace que los clientes lo interioricen más.

El día que la publicidad pueda entrar en nuestra mente se habrá cumplido un gran objetivo, aunque como en todo, necesitaremos ver hasta qué punto se puede valorar la ética del asunto. Quizá luego el siguiente paso será experimentar con los olores dentro de un mismo sueño, para que se puedan combinar con las imágenes percibidas. A día de hoy esto se puede hacer en según en qué fase del sueño te encuentres, ya que hay personas que oyen por ejemplo el despertador y antes de darse cuenta de que se tienen que despertar están integrando ese ruido en su sueño.

Sin duda, es todo un mundo para explorar y para tener en cuenta.

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