Marketing olfativo: la publicidad con olor

La publicidad con olor no es una cosa nueva: todo el mundo ha visto alguna vez una página de revista con un perfume que se activa cuando estiras de una solapa, por ejemplo. Es un recurso muy habitual para anunciar colonias y otros productos similares.

Pero las posibilidades son infinitas, de hecho. Sin ir más lejos, muchas marcas de productos alimentarios lo han usado para vender más. Un ejemplo lo tenemos en Zumosol, la famosa marca de zumos de frutas: aprovecharon la calle para poner vallas publicitarias con el olor de las naranjas frescas. Esta campaña, que se hizo el año pasado, tuvo lugar en ciudades como Madrid o Barcelona, y la respuesta del público fue bastante positiva. La idea era que el consumidor potencial oliera estas vallas y tuviera ganas de beberse un buen zumo.

Marketing olfativo

También llamado aromarketing, el marketing olfativo se ha ido haciendo un hueco en las empresas que se dedican a la publicidad. Una de las pioneras fue Disney, que hace ya bastantes años creó un sistema publicitario para que la gente oliera a palomitas recién hechas, ya que se empezaron a vender en los parques como novedad y querían asegurase un buen lanzamiento. A día de hoy, también bares y restaurantes intentan atraer a los clientes poniendo cosas que huelan bien muy cerca de la puerta o de las ventanas, sobre todo si se trata de la hora de comer, ya que así se despierta el apetito y entran.

Tal y como dicen en el portal Puromarqueting, no se debe olvidar esta rama si queremos conseguir una campaña exitosa, ya que si bien el 80% de los mensajes publicitarios están pensados para ser vistos (es decir, con la vista, con los ojos), lo cierto es que el 75% de nuestras emociones diarias están directamente influencias por nuestro olfato. Sabiendo esto, no cuesta nada intentar buscar la manera de llegar a este sector.

Otras cosas que deberíamos saber sobre el olfato:

  • Según la Universidad de Rockefeller, recordamos más o menos el 5% de lo que vemos, el 2% de lo que oímos y el 1% de lo que tocamos. Lo sorprendente es que se recuerda una mediana del 35% de las cosas cuando hay también olor.
  • El olfato nos influye sin darnos cuenta. Cuando vemos una cosa, podemos recordarla o no, pero si esta cosa viene acompañada de olores, las posibilidades de que lo retengamos en la memoria suben hasta el 7% más.
  • Muchas tiendas de ropa están investigando para crear su olor propio, de manera que los clientes puedan entrar en sus diferentes locales y todos huelan a lo mismo. Una de las más destacadas es la firma Stradivarius, que tiene un olor muy característico en todas sus tiendas de España.

Dicho todo esto, solo nos queda decir que vale la pena invertir en esta tendencia. Quizá para algunos se trate de un tema pasado de moda, pero lo cierto es que cada vez son más las marcas que buscan identificarse de esta forma y buscar así más fidelidad con sus clientes.

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