Los hologramas son casi ciencia ficción. Los hemos visto en muchas partes, sobre todo en películas de carácter futurista en donde algunos elementos parecen salir de la pantalla o proyectarse en el vacío dando un efecto totalmente real. Y la verdad es que el efecto, si se sabe hacer bien, es muy impactante.
Quizá el término mockup os suena un poco lejano, pero es una forma de llamar a las maquetas o modelos a escala que tienen por objetivo mostrar cómo quedará un determinado diseño en un lugar. Digamos que es un prototipo que nos ayuda a ver nuestro producto en la fase más final posible. Están pensados sobre todo también para el cliente, quien puede ver más o menos como será el producto adquirido una vez acabado.
Muchos diseñadores o artistas de lo usan para ver cómo quedará el diseño en objeto. Por ejemplo, imaginamos que queremos hacer tazas con nuestro logotipo, pues bien, un mockup será ver como quedará esa taza sin haber hecho aún la prueba final. Para ello se suelen utilizar plantillas para programas de edición de imagen como puede ser el Photoshop.
Volvemos a la carga con la publicidad en los videojuegos con este segundo y último post dedicado a ello. Si bien la semana pasada vimos un poco su historia y los elementos a tener en cuenta, hoy veremos algunas de las formas que sirven para clasificarlos y el impacto que suponen en el mercado.
Esta semana se está celebrando en Barcelona uno de los eventos más importantes a nivel mundial: el Mobile World Congress, un multitudinario encuentro que repasa las novedades del sector móvil y en donde se reúnen personas de muchos países diferentes. Es tanta la importancia del MWC que incluso Mark Zuckerberg (creador de Facebook) ha venido a dar una charla tal y como ya hizo en las pasadas ediciones.
La forma con la que presentamos o envolvemos un producto puede decir muchas cosas, por lo que cada vez más empresas se toman más en serio la importancia de la presentación. Una de las que funcionan mejor, sin duda, es el packaging: el envoltorio con el que presentas tu producto.
Cuando queremos comunicar alguna cosa, -ya sea un nuevo servicio, una oferta o lo que sea,- debemos tener muy claro qué medio de comunicación elegiremos. No todos son igual de válidos: dependerá de factores como el tipo de empresa que seamos, nuestro público, el ámbito temático en el cuál nos movemos, etc.
Lo hemos dicho varias veces en este blog, pero no nos cansaremos nunca de repetirlo: las vallas publicitarias son un elemento muy interesante a la hora de anunciarnos. Aunque parezca una cosa fija y clásica, los ejemplos de hoy en día nos han demostrado que pueden ser un buen aliado de la creatividad y se pueden combinar muchos aspectos para crear vallas nunca vistas o que llamen mucho la atención.
Vivimos en una sociedad cada vez más preocupada por los valores ecológicos y la sostenibilidad: cada vez hay más personas que están tomando conciencia de ello y que se apuntan al carro del reciclaje, la reutilización y el consumo colaborativo. Y la publicidad no ha quedado al margen: la llamada “greenvertising” es lo que vendríamos a traducir como “publicidad verde”, es decir, aquella que se preocupa por todos estos valores que hemos mencionado.
En estos últimos años se ha hablado bastante del concepto de Big Data, que no es más que una forma de denominar a las grandes cantidades de información que existen hoy en día y que saturan la capacidad de los sistemas informáticos actuales. Estos datos se consiguen de muchas maneras, pero la mayor parte de ellas se producen de forma natural al hacer uso de un servicio u aplicación.
Los usos que se pueden dar a estos datos son múltiples, pero la publicidad se ha podido aprovechar de ello gracias a toda la información que contiene: si se sabe analizar y aprovechar bien, se pueden conseguir cosas que hasta ahora no hubieran sido posible de realizar jamás.
Cuando se inicia una campaña publicitaria, sea cual sea el formato y el medio escogido, hay una serie de cosas que todo el mundo debería tener en cuenta, como por ejemplo la elección o no de la imagen que usaremos, la gama de colores, el público objetivo, etc. Entre estos elementos también es muy importante que sepamos escoger una buena tipografía que nos pueda representar, que pueda ir acorde con el mensaje.