Publicidad, ¿engaño o ayuda para consumidores?
Puede que más de una vez hayas adquirido un producto atraído por su publicidad y por todas las características y especificaciones de las que presumía, y a la hora de la verdad has podido comprobar por ti mismo que no todo era tan bonito como te lo pintaban. De hecho, las demandas por publicidad engañosa están a la orden del día, y es importante velar por la seguridad y la rigurosidad en las campañas publicitarias que las compañías lanzan en los diferentes medios de comunicación, ya sea en prensa escrita, radio, televisión o vallas publicitarias.
Podemos catalogar como publicidad engañosa todo aquel spot que asocia una propiedad al producto ofertado que no es cierto o no se ajusta del todo a la realidad. En ocasiones, se abusa de ciertas afirmaciones y se da a entender al cliente, sin confirmarlo en ningún momento, que tal producto tiene determinada propiedad, está fabricado con un determinado ingrediente o está asociado a una oferta o promoción concreta. En más de una ocasión, un grupo de consumidores ha decidido realizar una denuncia conjunta, e incluso llegar a juicio con motivo de haber sido engañado por una publicidad que no se ajustaba a la realidad.
Aunque donde más fraudes publicitarios podemos encontrar en la actualidad es en Internet. La red está plagada de anuncios, pop-ups y banners que nos prometen unas condiciones que después no se cumplen ni respetan en absoluto. Por ello, siempre es recomendable informarse bien de un determinado servicio o producto antes de adquirirlo, para así no encontrarnos sorpresas desagradables una vez realizado el desembolso. No podemos pasar por alto lo que habitualmente se conoce como la “letra pequeña”, ya que en ella aparecerán las condiciones o especificaciones menos atrayentes para el cliente y más interesantes de esconder para la empresa en cuestión.
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