La importancia del receptor
Cuando se lanza una campaña publicitaria, ya sea en papel, en televisión, radio, redes sociales o lo que sea; una de las cosas más importantes que no se deben olvidar nunca es el público al cual nos dirigiremos para dirigir una comunicación óptima. Es evidente que muchas veces, la mayoría, no podremos tenerlo del todo controlado (¿Cuántos tipos de persona diferentes ven un anuncio en la calle o en televisión?) pero siempre que nos sea posible deberemos acotar al máximo para conseguir que nos vea quien queremos que nos vea. El resto, bienvenidos serán.
¿Cómo tener en cuenta al receptor del mensaje?
- En primer lugar, debemos pensar muy bien cuál es nuestro público. A veces está muy claro, pero otras veces no tanto. Hacer una lluvia de ideas nos puede ayudar un poco. Por ejemplo, hay productos que están enfocados a un público concreto pero a lo largo del tiempo se ha visto que son otros los que lo han usado más. ¿Y si resulta que quieres vender un producto limpiador de grasa que a su vez es ideal para ser usado en entornos artísticos? Investiga, no te cortes: nunca sabes dónde puede haber un cliente potencial. Una vez definido a donde queremos ir, tendremos que pensar el medio para hacerlo.
- El medio es importante. Si nos dirigimos a un público adulto no será lo mismo que si queremos llegar a los preadolescentes. En televisión podemos buscar varias franjas o programas. Si metemos nuestro anuncio en medio de los dibujos animados de la tarde, seguramente captaremos la atención de los más pequeños de la casa. No olvidemos el poder de las redes sociales y las aplicaciones móviles, cada día más relevantes en todo este mundo que nos concierna. Muchas aplicaciones permiten publicidad. De hecho, incluso muchos juegos online permiten contenidos extras si se visualizan unos minutos de video.
- Contenido: antes de pensar en el contenido, pensemos bien el formato. El contenido no podrá ser el mismo si queremos hacer una marquesina, un artículo en un blog de éxito o un anuncio de televisión. Un mismo anuncio se puede “adaptar” a los distintos medios, claro, pero deberemos ser muy acurados con las tipologías de cada medio. Pensemos en un contenido que sea claro y entendedor en su gran medida. Son pocos los que aprecian los anuncios rebuscados y muchos menos los que lo pillan a la primera. Crea un contenido original, de calidad y bien analizado. Si para ello debes pasarte días dándole vueltas, lo haces. Al fin y al cabo, el mensaje seguramente será visto por mucha gente, por lo que debemos estar muy seguros cuando lo lancemos.
Esto serían las tres ideas principales, aunque habría muchas más. Piensa que si quieres hacer un logo o un eslogan debes tener en cuenta todo lo que ello implica, así como si quieres incluir imágenes, que éstas deben de ser propias o libres de derechos y con muy buena calidad para ser reproducidas en cualquier situación (nunca se sabe donde acabará lo que hacemos)
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